Imagina esto: caminas entre árboles altísimos, escuchas solo el canto de los pájaros y el crujir de las hojas bajo tus pies… y de pronto, el sonido del agua cayendo lo llena todo. Te acercas y ahí está: una cascada enorme, majestuosa, fresca.
Eso es Tulimán, y sí, está muy cerca de ti, en uno de los pueblos más bonitos de México: Zacatlán, Puebla.
Si andas con ganas de respirar aire puro, mojarte los pies y vivir una aventura en la naturaleza sin complicarte la vida, quédate. Te voy a contar cómo llegar, qué hacer y por qué este lugar es maravilloso desde el primer paso que das en él.
¿Dónde está Zacatlán y qué tiene de especial?
Zacatlán es un Pueblo Mágico ubicado en la Sierra Norte de Puebla. Es famoso por sus relojes monumentales, su pan de queso (delicioso, por cierto) y su niebla encantadora que a veces lo cubre como si fuera una historia de fantasía.
Pero lo que muchos no saben es que, a solo unos minutos de su centro, hay un rincón natural que te deja con la boca abierta: la cascada Tulimán.
¿Qué hace tan especial a la cascada Tulimán?
No es solo una cascada. Es una experiencia.
Tulimán tiene más de 300 metros de altura, divididos en tres caídas de agua que se abren paso entre la montaña. Pero más allá de los metros o las fotos bonitas, lo que realmente impacta es la sensación de estar ahí.
El sonido del agua cayendo con fuerza, el olor a tierra húmeda, el vapor que se siente en el rostro cuando te acercas… Es un lugar que te hace sentir pequeño, pero también muy vivo.
Cómo llegar a la cascada Tulimán
Primero llegas a Zacatlán, Puebla (a unas 3 horas desde la CDMX).
Desde el centro del pueblo, puedes tomar un camino hacia la comunidad de San Miguel Tenango. El trayecto hacia la cascada es de terracería, pero es cortito (unos 25 minutos) y vale cada curva. Te recomendamos ir en coche o camioneta, aunque también hay tours o guías locales que te pueden llevar.
Al llegar, encontrarás la entrada al Parque Ecoturístico Tulimán. Ahí pagas una pequeña cuota y puedes empezar tu recorrido con total tranquilidad.
¿Qué puedes hacer ahí?
Prepárate porque no solo vas a ver una cascada. Aquí tienes todo un día lleno de naturaleza, paisajes y momentos divertidos.
1. Caminar entre árboles gigantes
El parque está lleno de caminos bien marcados. Vas a caminar por puentes colgantes, escaleras rústicas, y pasillos rodeados de vegetación. No es una caminata difícil, pero sí emocionante.
Y entre paso y paso… siempre hay algo que te sorprende: mariposas, troncos huecos, aves que cantan como si te dieran la bienvenida.
2. Ver la cascada desde diferentes ángulos
Lo bonito de Tulimán es que puedes verla desde muchos puntos.
Hay miradores, plataformas y senderos que te permiten acercarte, observarla desde arriba, desde un lado o desde abajo.
En cada punto, el agua se ve diferente, pero siempre igual de impactante.
3. Sentir el agua en la cara
Si te animas, puedes llegar a una parte donde el agua te salpica directo.
No hay nada como refrescarte después de la caminata. Puedes mojarte los pies, las manos o incluso la cara. El agua está fría, sí, pero se siente riquísima.
4. Probar la tirolesa (si te gustan las emociones fuertes)
Para los más aventureros, hay una tirolesa que atraviesa una parte del bosque.
No es muy larga, pero sí lo suficiente como para que sientas esa mezcla de miedo y emoción mientras vuelas entre los árboles.
También hay puentes colgantes que mueven el corazón (y las piernas).
5. Entrar al árbol hueco
Uno de los favoritos del parque es un árbol gigante con el tronco hueco.
Sí, puedes entrar en él. La gente suele tomarse fotos ahí, porque parece sacado de una película. El árbol tiene más de 300 años y está lleno de historia viva.
¿Qué llevar para disfrutar al 100%?
- Tenis cómodos o botas (no sandalias).
- Ropa ligera, pero lleva una sudadera (el clima cambia rápido).
- Repelente, bloqueador solar y gorra.
- Agua, algún snack y bolsa para tu basura.
- Tu celular o cámara con batería suficiente.
- Ganas de caminar y asombrarte.
Pregustas frecuentes
¿Se puede ir con familia o niños?
¡Claro que sí!
El parque es familiar y tiene rutas para todo tipo de visitantes. Solo hay que ir con calma, respetar los señalamientos y no salirse de los caminos.
Hay zonas tranquilas para sentarse a descansar, comer algo o solo ver pasar las nubes.
¿Cuánto cuesta entrar?
El acceso tiene un costo accesible, y todo lo que se recauda ayuda al mantenimiento del lugar. Además, muchas actividades están incluidas. También hay puestos donde puedes comprar comida, bebidas o dulces típicos.
¿Cuál es la mejor temporada para visitar?
Puedes ir en cualquier momento del año.
Si te gusta ver la cascada con más agua, te recomendamos los meses de junio a octubre (época de lluvias). Si prefieres caminos más secos y clima más templado, puedes ir de noviembre a mayo.
De cualquier forma, el lugar siempre te recibe con los brazos abiertos.
¿Es seguro?
Sí, el parque es muy seguro. Hay personal que cuida las instalaciones, te da indicaciones y te orienta si tienes dudas. Solo sigue las reglas, no tires basura y cuida la naturaleza. Es un regalo que todos compartimos.
¿Vale la pena?
Sí. Y mucho.
Zacatlán, Puebla ya de por sí es un lugar encantador, pero la cascada Tulimán es como su joya secreta.
Vas a regresar con fotos increíbles, los pulmones llenos de aire limpio y el corazón contento por haber vivido algo tan simple, pero tan grande.
¿Y tú, ya tienes lista la mochila? Porque la naturaleza no espera, y Tulimán está ahí, cayendo sin descanso, esperando que alguien como tú llegue a descubrirla.