¿Alguna vez has probado un plato tan sabroso que te deja pensando en él por días? El caldo huaxmole es uno de esos tesoros culinarios que, una vez que lo conoces, se queda contigo para siempre. Aunque su nombre suene raro, su sabor está lleno de historia, tradición y mucho corazón. Y lo mejor de todo: puedes prepararlo tú mismo en casa, sin complicaciones.
Este caldo típico de Puebla es perfecto si te gustan los guisos espesos, con carne suave, chile y un sabor que te abraza desde la primera cucharada. Aquí te contamos paso a paso cómo hacer este manjar delicioso, muy mexicano y con todo el sabor de nuestras raíces.
¿Qué es el caldo huaxmole?
El huaxmole (también escrito como "huasmole" o "huaxmolli") es un caldo tradicional que ha pasado de generación en generación, especialmente en Puebla y Oaxaca. Su nombre viene del náhuatl: “huaxin” significa guaje (una planta comestible), y “molli” es guiso o salsa. O sea, es un guiso con guajes.
Se prepara con carne, chile guajillo y, claro, guajes. Su sabor es picosito, intenso y reconfortante. Es como un abrazo caliente en forma de comida.
Ingredientes para 6 personas
- 1 kilo de carne de res con hueso (puede ser chambarete o costilla)
- 10 guajes verdes (sin cáscara)
- 5 chiles guajillo
- 2 chiles pasilla (opcional si te gusta con más sabor)
- 2 jitomates medianos
- 1/2 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 ramita de epazote
- Sal al gusto
- Agua suficiente
Utensilios que vas a necesitar
- Olla grande
- Sartén
- Cuchara de madera
- Colador
- Licuadora
Paso a paso para preparar el huaxmole
1. Cocer la carne
Pon la carne en una olla grande con agua. Agrega un diente de ajo, un pedazo de cebolla y sal. Cocina a fuego medio por una hora o hasta que esté bien suave. Quítale la espuma que se forma arriba para que el caldo quede clarito.
2. Remojar los chiles
Quita las semillas y venas de los chiles guajillo y pasilla. Remójalos en agua caliente por 10 minutos para que se ablanden.
3. Preparar la salsa
Licúa los chiles con los jitomates, el otro diente de ajo, un poco de cebolla y agua donde remojaste los chiles. Cuela bien esta salsa para que quede lisita.
4. Cocinar la salsa
En un sartén con tantito aceite, vierte la salsa licuada. Déjala cocer por unos 5-10 minutos hasta que huela rico y se espese un poquito.
5. Juntar todo en el caldo
Cuando la carne ya esté lista, agrégale la salsa, los guajes partidos (a la mitad o en cuartos) y el epazote. Cocina todo junto por unos 15 minutos más. Y listo, el huaxmole está casi para servir.
6. Prueba y ajusta el sabor
Dale una probadita. Si le falta sal o quieres que pique más, agrégale un chile extra o un poco de chile piquín al servir.
¿Con qué se come el huaxmole?
- Con tortillas calientitas
- Con un chorrito de limón
- Con arroz blanco o rojo
- Con cebollita picada y orégano encima
Sírvelo bien caliente en un plato hondo. Acompáñalo con lo que más te guste. Es ideal para compartir en familia o con amigos.
Consejitos prácticos
- Si no encuentras guajes frescos, los secos también sirven (remójalos antes).
- Puedes usar carne de chivo si te gusta el sabor más fuerte.
- El epazote da un aroma único, pero si no tienes, puedes poner un poquito de hierbabuena o dejarlo sin hierbas.
- Sirve en platos hondos y con una cuchara grandota.
¿Por qué debes probar esta receta?
Porque es una receta con alma, con historia y con un sabor que te hace sentir como en casa. El huaxmole es uno de esos platillos que te conectan con las raíces de México. No es complicado, solo necesitas un poco de tiempo y mucho cariño al cocinar.
Además, no necesitas ingredientes raros ni caros. Todo lo puedes conseguir en el mercado de tu colonia. Y una vez que lo pruebas, seguro lo vas a querer preparar más seguido.
El sabor de Puebla en tu mesa
El caldo huaxmole no solo alimenta, también cuenta una historia. Nació en los pueblos de Puebla, entre cocinas de leña, cazuelas grandes y recetas pasadas de abuela a nieto. Es comida con identidad, con sazón y con orgullo.
Así que si quieres probar algo diferente, delicioso y lleno de tradición, anímate a preparar este guiso. Verás que el esfuerzo vale la pena, y lo mejor es compartirlo.
¡Buen provecho!